jueves, 6 de diciembre de 2012

No, lo siguiente

Hola lenguas muertas. El otro día mi hermano y yo tuvimos un desvarío de los guapos. Se nos ocurrió que cuando alguien dice "no eres un___, eres lo siguiente", se refiere exactamente a lo que quiere decir: a que no eres esa palabra que te dice, sino a la siguiente que aparece en el diccionario. Por ejemplo, "ese tío no es feo, es lo siguiente". Y, ¿qué palabra es la siguiente en el diccionario? Feocromo, cuya definición es: dícese de las estructuras que tienen la propiedad de impregnarse por las sales del cromo, en especial algunas células embrionarias y endocrinas.
Hay que ser un bloody genius para poder hablar así. Podría ser el objetivo de la raza humana.

Fidel y yo

Hoy he soñado una movida muy gorda. Resulta que estaba yo en un cortijo que tienen unos tíos míos en Sevilla y allí estábamos toda la familia de buen rollo como siempre. También estaba, cosa que no me parecía rara para nada, Fidel Castro y su mujer. La mujer en realidad no era la suya, sino del presidente de Cuba que estaba en el momento de la revolución allá por los años 50, pero él se la quedó. La mujer era muy maja y hablaba mucho conmigo, y mis familiares me decían que tuviera cuidado que Fidel era un poco paranas y se iba a poner celoso. Yo me di cuenta de que tenían razón, e intenté pasar un poco de ella para que no hubiera problemas. Luego se me acercó la mujer y me dijo que diéramos una vuelta a la casa para poder hablar tranquilamente. Cuando nos íbamos, me encontré con Fidel sentado en una silla fumando un puro, y me preguntó si mis padres estaban separados. Le dije que no, que llevaban 25 años casados y se quedó callado. Después me dijo que su mujer pensaba cosas muy raras, a lo que yo le respondí que "es una mujer" para quitarle hierro al asunto y reirnos un poco. Yo no quería problemas con Fidel Castro, a saber qué me iba a hacer. Pero el no se rió y me dijo que me llevara a su mujer a algún sitio mientras me daba las llaves de su coche. Me negué a cogerlas porque me parecía que la cosa se nos estaba yendo de las manos muy rápido, pero me insistió tanto y con la expresión tan seria que las cogí y me las guardé en el bolsillo. Le dije que solamente íbamos a dar la vuelta a la casa y que le devolvería las llaves, pero hizo como que no me había escuchado y me fui. Pero, ¿a mí quién me manda hablar con al mujer de un dictador? Que yo no quiero nada con ella. Yo me lo estaba pasando bien con mis primos en la piscina y esas cosas, y ahora seguro que me fusilaban por traición o algo así.

Después me desperté. ¿Qué os pensábais, que la historia terminaba? Si terminara no sería un sueño, sería una historia. Bueno tetes, un culo.