lunes, 27 de octubre de 2014

Personajes grandiosos haciendo tareas ridículas II

3 años después ya era hora de la prometida segunda entrega!!!
Ver primera entrega Aquí

En esta ocasión os presentamos a los siguientes personajes famosos :

Julio César escribiendo en su diario (tumbado en la cama boca abajo)

Velázquez haciendo pesas en el gym

Audrey Hepburn siendo repartidora del telepizza

La reina Victoria dibujando un pene en la pared del baño

Xena la princesa guerrera esperando en la cola del cajero automático

El Cid Campeador en metro escuchando regueton con el movil en altavoz (molestando mucho a los otros viajeros)

El rey Arturo jugando a los tazos con Atila el Huno

Isabel la Católica trabajando como captadora de socios de una ONG

Hitler levantándose emocionado la mañana de reyes

Cleopatra participando en Gandia Shore

Gengis Khan preguntándose por qué no le gusta a Marie Curie

Alejandro Magno cantando: "aaaaaaruba, jamaica ooh i wanna take you"

San Isidro invitando al baile a Kimberly

Américo Vespuccio haciéndose un selfie

Niezstche bailando música de Elton John

James Bond de pequeño yendo con su madre a comprar un babi

James Bond de mayor yendo con su madre a comprar un babi

Karl Marx viendo pokemon

Frankestein comprándose unos vaqueros pitillo super skinny del Bershka

El capitan Nemo llorando por su Game Boy perdida en el océano


Nos vemos  dentro de 3 años en la siguiente entrega de personajes grandiosos haciendo tareas ridículas!!!

Au revoiiir mon amouuur, chardonnay, merci, sil vous plait !!!

Mongolos

domingo, 26 de octubre de 2014

La huída de Hal Boñigas

Hal vivía en un armario. No era gay, es que padecía un extraño síndrome que le hacía querer vivir en un armario, llamado "Síndrome de los jerseys doblados y los pantalones colgados, y camisas también".
Un día pensó que su vida era algo aburrida, además su novia se había cansado de ir a vaciarle el orinal y le abandonó así que decidió que tenía que cambiar su mundo.
Así, Hal (que era diminutivo de Harold, pero Harry no le gustaba porque le recordaba a Harry Potter, que era como le llamaban en el instituto los que no le llamaban 'el puto niño raro que vive en un armario', así que prefería que le llamaran Hal) cogió los pocos ahorros que le dejó en herencia su madre cuando le abandonó, cogió sus bolas de naftalina de la suerte, su jersey de lana y su mascota, su polilla Potter y se dispuso a abrir la puerta del armario. Con un resoplido y lleno de sudor, Harry (yo le vacilaba en el instituto....joder, vivía en un armario!) Abrió de golpe la puerta y una cegadora luz le golpeó en la cara (Plas!) Y le hizo sangre, le dijo: "Harry Potter, pringao, que vives en un armario!".
Así que decidió cerrar la puerta y plantearse si habría otra manera de salir de allí.
Empezó a dudar de si sería buena idea marcharse del que durante años había sido su hogar. Allí afuera había cosas desconocidas, cosas horribles, personas feas moviéndose de un lado a otro, hablando y haciendo cosas. Por ejemplo Woody Allen. Al pensar en ello sintió pavor.
Pero ya lo había decidido, el olor a heces había comenzado a ser insoportable, así que debía marcharse. Esperó a que anocheciera, así evitaría el problema de la luz. Y cuando salió, comprobó sorprendido que el exterior que él recordaba había cambiado por completo...

Ahora se encontraba en un páramo postapocalíptico donde las máquinas se habían revelado y habían sometido a la humanidad... o donde una bomba nuclear había acabado con todos los seres vivos de la tierra aunque luego descubriría que había una escondida raza de mutantes... o en una distopía comunista donde los ciudadanos eran asignados a tareas y eran constantemente vigilados por el gobierno... después de mucho pensar, el narrador se decidió por lo de la bomba atómica, así que estaba solo, con su polilla, y se dio cuenta que ahora el mundo era como su armario solo que mucho más grande y solo que olía mucho más a heces... decidió empezar a caminar con la esperanza de reencontrarse con sus muy queridos compañeros de instituto que le hacían bullying.

Después de atravesar una plantación de lechugas, una fábrica de iberdrola, un pantano de aguas movedizas, un Leroy Merlín, una selva tropical con venenosas serpientes de cascabel, un parking, un río totalmente contaminado por la bomba nuclear, una cordillera a 40 grados bajo cero, el ifema, y dos rotondas, giró a la derecha y vio el primer humano en varios días desde que partió. Era una señora mayor que parecía venir de la compra, ya que llevaba bolsas de la Sirena, pero tenía un brazo en la espalda y una cresta rara. Aún así, quiso hablar con ella.
Así que le dijo: "Buenos días señora, estoy investigando un crimen, ¿Qué hacía anoche a las 21:00 hrs?" (Nunca se le dio especialmente bien iniciar conversaciones)
La señora le respondió con un graznido, pero luego se aclaró la voz y ya le dijo: "perdona es que tengo carraspera, pues anoche vi 'Noche de Fiesta', el programa de Jose Luis Moreno, porque estamos en el año 1999."
Hal no daba crédito a lo que escuchaba ya que noche de fiesta solía empezar a las 23.30h por lo tanto era imposible que lo hubiera visto a esa hora. Y luego aparte lo del salto temporal también le sorprendió, por qué no decirlo.
Algo ocultaba la señora. De modo que Hal se compró un coche para aparcar delante de la casa de la señora y esperar durante días para seguirla con unos prismáticos mientras comía comida basura en el coche y se quejaba de que se metió en ese trabajo por la acción y sin embargo el 90 por ciento del trabajo era esperar. 

Un día vio que la señora venía de fiesta con Bertín Osborne, muy divertidos y joviales. Empezaron a besarse en el portal asíque Hal, pensando que eso era muy fuerte se puso a sacar fotos como loco, mientras Bertín acariciaba sensualmente la cresta mutante de la señora. Al cabo de un rato, la señora abrió la boca y engulló a Bertín Osborne.
-¡Joder, joder, joder!!!- gritaba Hal.
Arrancó y se marchó de allí a toda velocidad. Entonces con su portatil buscó en google las características de la mujer, y vio que había leyendas sobre una especie extraterrestre que estaba infiltrada en la tierra para comerse a los humanos, se fue a la biblioteca local y vio recortes de periódicos sobre noticias de gente desaparecida y su vinculación con los extraterrestres. Entonces descubrió lo que estaba pasando, los extraterrestres se habían cargado a la humanidad mientras él había estado en el armario.

Sólo había una cosa que podía hacer: caerse por accidente a unos residuos radiactivos y adquirir superpoderes para usarlos en favor de la humanidad. Así, Hal se lanzó al estanque maldito legendario y salió de allí todopoderoso. Fue volando a la velocidad del sonido a buscar primero a la señora, a la que mandó al espacio con su supersoplido. Ahora, la guerra estaba declarada. La salsa estaba servida. La gallina había escapado del corral. El piojo había saltado a la cabeza. La pizza había salido del horno.
Tras deshacerse de la señora, los extraterrestres vinieron a por él, y él huyó por la escalera de incendios, hubo una larga persecución por callejones en la que tiraron varios puestos de perritos calientes y, tras varios minutos de apabullante acción, y música muy rápida y muy alta, durante los cuales desconecté por completo porque me aturullan esas escenas, acabaron no sé como en el ático de un edificio. Lucharon un rato más, mató a unos cuantos, pero al final estaba acorralado.
Y cuando estaba a punto de caer por el borde del edificio llegó un helicóptero de la policía que aterrizó en el ático, bajaron los policías y mataron a los extraterrestres, y de sus cadáveres empezaron a brotar todos los humanos que se habían comido.

Ahora el mundo estaba salvado, pero la mujer de Hal tenía la pistola... ¿Cuál de los dos sería el verdadero Hal? Los dos trataban de convencerla de que eran el auténtico. Al final de una dubitativa tensión, ella siguió su corazón y disparó a uno de los dos, se abrazó con el otro y se fueron a caballo hacia el sol poniente, pero nunca sabremos si su elección fue la correcta...

FIN


miércoles, 22 de octubre de 2014

Amores de barra

Érase una vez hace poco, poco tiempo, en un lugar muy cercano, vivía el empresario Robert H. Tyler. Sus amigos le llamaban Hungry Bob, su madre Boby, y su mujer Bobito. Nosotros le llamaremos Alfredo.

Pues bien, Alfredo estaba un día atendiendo su bar (si, era empresario de bares) en una de esas veces que se dignaba a pasar por allí (Normalmente se pasaba por allí pero sin dignarse, pero esta vez no, esta vez se dignó) y observó sentado, solo en la oscuridad, en un rincón, en el suelo, pegajoso, rodeado de bichos y animales salvajes y asesinos y monstruos del espacio, al indio borracho del pueblo, Chicalahuita.

El indio se encontraba haciendo una extraña danza apache para invocar a los extraterrestres que traían ensaimadas, que se bailaba de una forma muy parecida al "Single ladies". Alfredo se preguntó dónde había aprendido a moverse así, así que le preguntó: "Chicalahuita, ¿Dónde aprendiste a bailar?"
Y el indio le contestó: "Lo aprendí en un tutorial de youtube, y lo perfeccioné en el conservatorio. Si quieres, podemos jugar un rato al atmosfear"

Después de jugar durante horas al atmosfear, Chicalahuita y Alfredo se encontraban solos en el bar. Había sido una noche intensa, se habían acusado mutuamente de hacer trampas, habían celebrado las victorias con máxima chulería y habían encajado las derrotas con la mínima deportividad. Ahora ya estaban cansados de tantas emociones y bebían sin parar de la bodega, entablando una amistad que duraría mil lunas. Entonces, el alcohol empezó a hablar a través de los labios de Chicalahuita y dijo:
"Eh! Hola! Soy el alcohol, ¡Ayudadme! Esto está muy oscuro y huele muy raro!"

No joder, era una personificación literaria, maldita sea. El que hablaba era Chicalahuita, pero estaba borracho y decía cosas que no diría estando sobrio, de ahí que fuera el alcohol quien hablara. Es una expresión muy conocida, eh?
El caso es que Chicalahuita le reveló, borracho como una rana, la historia y localización del legendario tesoro de la antigua civilización de Topanga Longa. 
¿Cómo demonios iba a hablar el alcohol? Es una composición química inanimada, joder.

A Alfredo no le importaba lo más mínimo el tesoro legendario de la civilización topanga de su puta madre así que le dijo:
"Que te caaalles, karmele!
Y tras dar un puñetazo en la mesa, se marchó del bar.

Chicalahuita pensó que Alfredo estaba celoso. No sabemos por qué Chicalahuita pensó eso. Quizá porque estaba borracho. El caso es que había revelado su más preciado secreto, y su confesión había sido pisoteada, vilipendiada y escupida ante sus propios ojos. No podía tolerar que Alfredo se marchase así, sabiendo lo que sabía, así que decidió ponerle un Whatsapp que decía:  "No te vayas... =,( "
Cuando Alfredo lo vio, se partió de risa, se descojonó a lo basto del puto indio ridículo maricón, se rió tanto y se lo pasó tan bien, que decidió volver al bar con Chicalahuita para seguir desarrollando su amistad. Cuando entró en el bar, Chicalahuita le golpeó por la espalda con... yo que sé, con un palo, o algo, y le dejó inconsciente y le ató en una silla en el sótano. Cuando Alfredo recobró la consciencia, Chicalahuita le miraba sentado frente a él, con la silla puesta al revés, lo que sin duda era una mala señal.

Chicalahuita comenzó a interrogarle mientras fumaba un interminable cigarro humeante.
"¿Qué es lo que sabes?! y Quién te lo ha dicho?"
Alfredo contestó: "Puto indio retrasado! Sé lo del tesoro de la mierda esa porque me lo has dicho tú!
Chicalahuita cayó en la cuenta de que era verdad lo que decía, así que cambió de estrategia y preguntó:
"Quién tiene la pasta?!?! Dímelo o te dejaré como un colador!"
A lo que Alfredo contestó: "Eres jodidamente imbécil! sólo estás haciendo preguntas estúpidas que encajen con la situación en la que yo estoy atado y tú sentado en una silla del revés!

Chicalahuita contestó: "Deja de comportante como un loco celoso!! Sabes que eres el único en mi vida!"

Alfredo iba a contestar, pero entonces Chicalahuita empezó a gritar: Alfombra! catarata!! Brasil!!!!
cada vez más fuerte, mientras enfatizaba su paranoia levantándose violentamente de la silla. "eléctrico!! Violeta!! Barandilla!!!"
Alfredo quedó sin palabras ante el agresivo discurso de palabras aleatorias de Chicalahuita, que tenía los ojos desorbitados y empezó a agitar fuertemente sus extremidades mientras gritaba con expresión de pura furia: "Vikingos!! Cartel!! Pajarito!!" Alfredo estaba acojonadísimo, hasta que se dio cuenta de que las ataduras que le ataban a la silla eran regalices a medio comer, atados unos a otros, fácilmente rompibles. Mientras, Chicalahuita seguía "Marcelino!! Patitieso!! Cinco Céntimos!!!!.... PINTORESCO!!!! Uoooo PINTORESCO SIIIIII!!!!"

De pronto alguien llamó a la puerta.... 
Toc toc!
Chicalahuita paró en seco, sus ojos inyectados en sangre se clavaron en la puerta. "¿QUIÉN ES?" preguntó enfurecido.

Sonó una amigable voz al otro lado de la puerta: "-Somos los extraterrestres que traen ensaimadas! TRAEMOS ENSAIMADAS! Alguien nos ha invocado."

Chicalahuita fue brincando a abrirles la puerta y los extraterrestres entraron.

Alfredo aprovechó la confusión para romper el frágil regaliz. Fue a enfrentarse con Chicalahuita pero, para entonces éste ya estaba epiléptico por el suelo gritando algo sobre las ensaimadas. Alfredo decidió perdonar la vida de este pobre, antaño brillante, nativo que fue llevado a la locura tras años de explotación de sus tierras y sus familias. Claro que fue un error, porque unos días después el indio le pilló por banda y le mató. Dejándonos a todos una valiosa lección: "No te hagas empresario de bares".

Fin.