sábado, 22 de febrero de 2020

AKENATÓN. Tejemanejes que marcaron la historia (pero tampoco mucho)

Hola, 

hace tres años os expliqué que Akenatón era un chico con morritos


Hoy veremos un cortometraje sobre su historia, con el papel protagonista interpretado por Arsenio Hall conocido por su aparición en "El príncipe de Zamunda".





Akenatón nació en Egipto, en una época en la que las pirámides ya eran vintage. Tan vintage como para nosotros la invasión musulmana, más o menos.
Tenía un gran futuro por delante porque su padre Amenofis III era faraón, así que le puso de nombre Amenofis IV como a él, porque ya entonces tenían la manía esa de confundir a la gente que llama a casa, pero esta vez con excusa porque el nombre hacía honor a Amón que era el dios que más molaba. Amón el dios molón, lo llamaban. 
Hay que tener en cuenta que había como 2000 dioses porque el egipcio antiguo es muy de endiosar, y de 20 y pico que eran al principio se fueron calentando y a nada que sacaran un dios por año ya lo tienes. Un poco lo que nos pasa a nosotros con los concursantes de Gran Hermano y de Operación Triunfo, que hemos perdido la cuenta hace mucho. Además, cada dios de esos tenía sus propios templos y tenía sus fans. Y así pasó, que los sacerdotes de Amón el dios molón, eran unos importantes influencers.

Akenatón que además de un chico con morritos era un chico práctico, con mente financiera y con un poco de complejo de Jesucristo, dijo que tanto dios era un sindiós y decidió poner orden enviando a todos a la mierda y poniendo un solo dios que se llamaba Atón, y mira por donde, que él era su manager. Así sería más fácil para todos y de paso jodió a los sacerdotes esos de la casta política.
Así que fue al registro a cambiarse el nombre porque le habían llamado Amenofis sin ser nada de eso él, y se puso Akenatón como es lógico.


Akenatón ahora podía dedicarse a la buena vida en el jacuzzi con agua del Nilo sin que los sacerdotes de Amón pudieran decirle nada.




Otra cosa que hizo fue mandar construir una nueva ciudad dedicada a Atón a la que llamó Amarna. Nombre que después fue mancillado por una conocida actriz porno haciendo que Akenatón quedase con este jepeto:


Pero lo mejor que hizo Akenatón fue cambiar el arte por completo. El egipcio antiguo es muy de pasarse 1400 años haciendo muñecajos esquemáticos todos iguales y de representar a los dioses con cabezas de animales, pero Akenatón dijo que ya estaba bien con la broma. Cuentan que se puso la mano en la barbilla y guiñando un ojo le dijo a los artesanos: “Mira qué carita nano”. Y les explicó que había que mostrar al mundo cómo era él y su familia, y decidió que a Dios se le debía representar como un ventilador de techo.


Aquí aparece la familia de Akenatón y el dios Atón:


Mereció la pena porque sería de las pocas veces que salían niños alienígenas en el arte egipcio y menos aún dándoles besos. También gracias a eso tenemos el busto de Nefertiti que de eso no os quejáis. 










A los egipcios antiguos no les hizo puta gracia nada de esto, y se limitaron a esperar a que Akenatón muriera para seguir con lo suyo, que aún iban a tener otros 1600 años de hacer siempre lo mismo antes de que llegaran los romanos. Recordaron siempre al bueno de Akenatón como un hereje abominable y nefasto que les había jodido la vida y los sacerdotes influencers obligaron a su hijo Tutankatón a ir al registro y cambiarse el nombre por Tutankamón para poder hacer como si nada hubiera pasado.



     FIN





A continuación: “Versión española”, presentado por Phoebe Guillén Cuervo, en tertulia con Arsenio Hall.