- Abridores
Los abridores son las frases de entrada, las que van a hacer que la chica entable conversación con nosotros o no. Aquí hay que andarse con mucho ojo porque no es tan fácil. Si dices algo muy tonto, ella va a pensar y a descubrir que, efectivamente, eres tonto. Si dices algo muy inteligente, puede pensar que eres más listo que ella y para defender su autoestima decidirá que eres un flipado y quieres impresionarla. De las dos maneras te va a rechazar así que, ¿qué es lo más eficaz? Eso es, combinar las dos. O sea, decir algo que no sepa si es muy listo o muy tonto. Se ve más claro en un ejemplo.
Tú te acercas a la chica en una discoteca y le dices:
-¿Sabes cuánto pesa un oso panda en el Polo Norte?
-No- te dirá ella pensando que si antes parecías idiota, lo acabas de demostrar.
-Lo suficiente para romper el hielo. ¿Y sabes por qué no se disuelve en el agua?
-No- responderá confusa e interesada a la vez.
-Porque no es polar.
¡Zasca! Acabas de hacer dos cosas. La primera es romper el hielo igual que el oso panda y la segunda es colarle un chiste ingeniosísimo de química. ¿Ahora qué? El idiota ahora es un erudito. La rana acaba de convertirse en príncipe. Hacednos caso. Combinar estupidez y brillantez es un arma de doble filo. No puede fallar.
- Conversación
El primer paso está dado. Ahora que has entrado tienes que tener buena conversación. Es muy importante evitar ciertos temas con las chicas que son: fútbol, coches, motos, tetas, política, religión, películas de machotes y caca. Habla de lo que sea menos de eso. Algo que no falla es preguntar dónde se ha comprado el vestido/falda/fular/zapatos tan bonito qué lleva. Eso te hace parecer detallista por fijarte, les gusta porque alabas su buen gusto y te da ambigüedad porque no dejas claro si te lo quieres comprar. Una cosa que ayuda mucho es que, cuando sus amigas o ella digan algo divertido, te rías mucho, pero mucho. A carcajadas muy fuertes. Así das una imagen de tipo divertido que sabe adaptarse a situaciones de mofa. Sobre todo, hazla reír. Pregúntale qué amiga le cae peor y ponte a imitarla o ríete de sus defectos. Nada une más que criticar juntos a una persona.
- Pedir el teléfono
Que no te engañe el título, ya no se pide el teléfono. Eso es de otra generación. Ahora se pide el facebook o el instagram, cosas de modernos. Ni siquiera eso, le vas a dar TÚ el facebook o el instagram. Y te vas a quedar con sensación de que así no es, que te han timado. Pues sí, te han engañado como a un chino, porque, a menos que seas un guaperas, no te va a agregar y, menos, a darte el whatsapp después. Claro que si estás usando nuestros trucos muy guaperas no eres. Puede ser también, que con tu labia gigantesca la hayas conseguido engatusar. Si es así, ¡enhorabuena! Ya por fin has ligado.
- Dinero
¿Qué te pensabas?¿Qué te iba a salir gratis? Ni mucho menos. Para ligar hacen falta suerte y dinero. Suerte para que no le guste ninguno de tus amigos más que tú y dinero porque habrá que pagarle las copas. No sólo a ella, ¡a sus amigas también! Aquí si liga una, ligan todas. Así que saca la Visa Platinum de tu padre y que corra el Brugal. Y para la gasolina, por si te permite el gran honor de llevar su intoxicado cuerpo a su casa. En definitiva dinero, panoja, lereles, guita, parné, biyuya, canela fina.
- Al día siguiente
Amigo, esto no se ha acabado todavía. Ahora que es de día y hay luz, es hora de mirar su facebook y comprobar si te agrega como prometió y si, detrás del maquillaje y la oscuridad, se encuentra la misma mujer de anoche. Si resulta que sí, estupendo. Si resulta que no, estupendo también porque, por lo menos, alguna chica se ha interesado por ti y eso es digno de celebración. Llama a tus amigos para darles la gran noticia y prepara la cartera por si acaso.
Hasta aquí nuestros consejos de hoy. Seguidlos paso a paso y triunfaréis. Saltaos uno y os arrepentiréis. Es difícil pero no imposible.
P.D.: Hay otra manera de ligar más sencilla pero no la consideramos digna ni elegante. Tiene dos fases:
1ª Fase: Ponte cachas.
2ª Fase: Presume de ello.
Funciona 9 de cada 10 veces. Pero ¿dónde queda la magia y el calor humano?
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