lunes, 5 de octubre de 2015

Westside Billy

Hola, tubos de pasta de dientes aplastados porque queda muy poca pasta dentro. Hoy os traigo una confesión desde lo más hondo de mi corasonsito. Una confidencia tierna que me cala mucho, mucho los huesos.

Hay veces que, por H o por B (a veces incluso por W!!), te encuentras en una situación social concreta y tienes fantasías con llevar a cabo cualquier acto políticamente no correcto.

Ejemplo 1: Estás en casa de la familia de tu novia y estás sentado al lado de su primo, que le acabas de conocer y te está contando como se interesó por el violonchelo. De repente, le escupes en la cara! PTUF!

Ejemplo 2: Estás en clase y el profesor va paseando de un lado a otro explicando la lección. De repente, te levantas y le das un cabezazo en la tripa! PATAPAF!!!

Ejemplo 3: Estás en casa de tu amigo con el ordenador y viene su madre a mirar una cosa, así que os apartáis, pero ella, en vez de sentarse, se inclina para usar el ordena. De repente, le das un cachete en el culo! SPLASSSSHH! (¿?¿?)

Ese tipo de paranoias que cruzan tu mente como un rayo. Todos nos preguntamos: ¿Qué pasaría DESPUÉS? Después de llevar a cabo ese comportamiento social inapropiado, tan descontextualizado como inesperado?

Lo más razonable es que te peguen, expulsen o denuncien, pero aquí no nos gusta lo razonable, así que apostaremos por que el resto de testigos imitará tu comportamiento. Tú has difuminado los límites entre el lo correcto e incorrecto. Si tú puedes hacer eso, por qué los demás no? Has cortado la fina hebra que unía las corduras de los demás. En ese sentido, hay una reunión muy importante de directivos importantes de la oficina donde tú trabajas y el flash que pasa por tu cabeza es entrar con un trabajador de la empresa a tener relaciones sexuales muy explícitas en pleno centro de la reunión, pero esta vez lo llevas a cabo, realizas esa acción. Vas a descubrir lo que pasa después.

Efectivamente, las normas sociales, las costumbres, el protocolo, e incluso la ley, han pasado a un segundo plano. Todos los directivos deciden imitarte e ir incluso más lejos: defecar en las papeleras, golpearse ente sí, archivar documentos de clase A donde los de clase B... El caos reina en la oficina de forma indescriptible. Solo puedo decir que al día siguiente se ha pasado el efecto y todos los trabajadores sufren una resaca de locura transitoria. Nadie habla del tema y apartan las miradas los unos de los otros por una vergüenza suma.

Todo está muy desordenado y lleno de sustancias como heces, sangre, semen... Así que el hombre de la limpieza, que no estuvo en la reunión pregunta "pero qué pasó aquí ayer?!?!".

Le despiden inmediatamente, por preguntar. Despiden a la única persona que no hizo nada.

Qué jodíos!

Eso ha sido el relato, dormid bien y no tengáis pesadillas! Por qué se dice "tener" pesadillas? son tuyas, de tu propiedad? son efímeras, no?

hala!

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