martes, 6 de febrero de 2018

Top los 10 culos más graciosos

Bienvenidos a otra escritura automática marca carrusel. Era un viernes de enero y Güilfreda estaba secando sus papeles, como cada mañana tras darle un baño de salsa de tomate con pepinillos. Güilfreda no sabía que alguien escribiría una escritura automática sobre ella, así que hacía sus cosas raras habituales. Hasta que le mandé un Whatsapp para pedirle permiso, me dijo que sí, así que comencé a escribir, Güilfreda se peinó y se puso los espaguetis de pendiente como siempre que sabía que alguien escribía sobre ella. Y así se crea una paradoja porque no sabemos si las decisiones de lo que Güilfreda va a hacer las toma ella, o el que escribe, es decir, yo. El caso es que empezó a hablar con los objetos de su casa de un modo muy sobreactuado: "Hola tacita, ¿qué tal estás esta mañana? ¿Y vosotras qué tal habéis dormido señoras persianas? ¡Ya toca levantarse!" usando un tono repipi de profesora de educación infantil, presumiendo que leerían este texto niños pequeños, a quienes adoraba.
Ella siempre quiso ser la presentadora de Art Attack, pero sus manos no eran lo suficientemente peludas para hacer las manualidades, que yo sospecho que lo hacía el manitas, el mismo que hacía cosas a lo grande, que también hacía cosas a lo pequeño.
En ese momento alguien llamó a la puerta, era la vieja Tomasa que se había olvidado su mampara de ducha. -Pasa Tomasa,- dijo Güilfreda, -Está junto a la marquesina de autobús, al lado de mi bazo-.
-¿Aquí?- preguntó Tomasa.
-No, ese es mi páncreas.-
-Pues no lo encuentro-.
-¿No?, Oh, se la ha debido llevar mi hijo para la función del colegio.
-¡No me digas! seguro que se la ha fumado, hoy en día los chavales se lo fuman todo-
-No te falta razón, pero aún así considero que es ofensivo lo que acabas de decir, así que, aunque opino lo mismo que tú voy a reaccionar con una actitud resentida y voy a proceder a invitarte a salir de mi casa como acto que denota la máxima indignación.- dijo Güilfreda mientras extendía la palma de su mano en dirección a la puerta.
-Vale guapi, el lunes me devuelves mi mampara de ducha.

Tras este suceso inesperado e incómodo la autora (osea yo) decidió suspender la escritura hasta que los ánimos estuvieran menos caldeados, pero vosotros sabéis tan bien como ella que no lo retomará jamás.
Es lo que hay, el blog está en crisis. 

Chao!


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