-¡Hola artemaníacos!...
- No Jordi, ya te has confundido otra vez de blog.. El tuyo está por allí y yo que tú me daría prisa porque he oído a Manny Manitas que quería hacer una carpa de circo con tus calzoncillos.
Hala, ya se fue. Estaba bastante asustado, el pobre. Creo que un día voy a llamar a Jimmy para que queden o algo porque los dos están siempre dando vueltas por la Universidad solos.
And now, some completely different. Hay una cosa en el mundo que me da mucha rabia (o musho corahe, como dirían los andaluces) y es la gente que se ríe dando una palmada. Lo habéis visto, ¿no? Las personas sanas de la cabeza se ríen cuando algo es gracioso, si algo es más gracioso todavía se ríen más fuerte y si algo es más gracioso todavía se ríen haciendo menos ruido pero llorando. Aquí es donde se distorsiona la risa en la gente de la palmada (llamémosles palmitos para más comodidad). A los palmitos les hacen gracia las cosas graciosas, igual que a las personas normales, si algo es más gracioso se ríen mas fuerte y ZAS, te acaban de colar una palmada. Sólo una, no un aplauso, eso podría tener más sentido a lo mejor. Tú has dicho algo que me divierte mucho y yo lo considero digno de mi aplauso como una obra maestra. Pero no es un aplauso. Es una palmada sola, que resuena fuerte además, no como la daría un niño sino con la mano hueca, que se oiga, que la oigan todos "tú me haces reír y yo te entrego la palmada como súmmum de lo divertido".
A partir de ahora fijaos en la risa de la gente, podrán ser más o menos estridentes pero eso no les quita la cualidad de palmito.
Alea iacta est, cara monos.
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