Hola, indeseables lectores. Hace un rato he estado viendo el programa de reforma sorpresa, es un programa en el que cogen casas perfectamente normales, y sorprenden a los dueños convirtiendo su salón en una absoluta recepción de hotel.
“¿Qué te parece Juan? Justo lo que tú querías, nos hemos deshecho de tus cosas y hemos convertido esto en un lugar de lo más impersonal, hemos puesto cortinas doradas, y dos sillones de ikea mirando hacia la puerta.”
La gente llora y nunca dicen que les gusta. El decorador interiorista llega muy contento para abrazarles y ellos le reciben siempre con recelo y preguntan por sus cosas viejas. Para más inri, el programa se ameniza con alguna historia truculenta acerca del sorprendido.
Qué os parece la idea de que pongan también un mostrador con timbre, y un recepcionista que te saluda al llegar y te da la llave de tu habitación. Tu propio botones en una casa de 80 metros cuadrados. Esa mierda algún día llegará, mientras tanto solo os queda comeros esta otra. Adelante, comed, comed.
Qué os parece la idea de que pongan también un mostrador con timbre, y un recepcionista que te saluda al llegar y te da la llave de tu habitación. Tu propio botones en una casa de 80 metros cuadrados. Esa mierda algún día llegará, mientras tanto solo os queda comeros esta otra. Adelante, comed, comed.
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