Hola mierdecillas,¿qué tal la vuelta a vuestros quereceres habituales? La mía una mierda, así que no me hagáis hablar porque me encano y no queréis ver eso.
Hoy os voy a contar algo de mi vida cotidiana para estrechar lazos entre nosotros. Resulta que, cuando estoy en casa por las mañanas, a eso de las 11 o 12, suena el telefonillo y yo, que tengo la extraña manía de cogerlo y preguntar quién es, pues lo hago. Pero cuando pregunto que quién es, no me responde nadie. Yo supongo que es el cartero, pero que es mudo. ¿Entonces para qué llamas? Si luego no vas a contestar, Yo me quedo un rato por si el pobre cartero me da golpecitos en el telefonillo en código morse, pero nada de nada. Antes le abría pero ya no, si quiere dejar el correo que se lo tome en serio y aprenda a usar el morse. O si no, no te hagas cartero, hazte mimo o actor de cine mudo como tú pero no cartero, que así no puedes entregar las cosas y la gente que no las recibe se piensa que nadie les quiere y se intentan suicidar, porque para vivir en este mundo miserable, mejor donan el cuerpo a la ciencia y los estudiantes de medicina por lo menos aprenden. También puedes aprender a silbar en vez de hablar, pero para eso hay que hacer cursos y cosas que no creo que alcancen al sueldo de un humilde cartero.
Hasta luego!
No hay comentarios:
Publicar un comentario