Ey cara-melos! Hoy tengo otra frase para analizar. Pongámonos en situación. Una mamá va al médico con su niño de 5 años. En la sala de espera el niño juega con sus gormitis y la mamá lee la revista Hola! cuyo fotógrafo ha hecho fotos muy buenas, tiene manzanas? muy buenas. muy buenas. Cuando la pediatra llama al niño, la mamá y él entran en la consulta. Hasta aquí todo marcha bien. Pero el niño descubre el pastel. Le han traído para ponerle una vacuna. Oh, madre perversa y descorazonada! ¿qué habré hecho yo para merecer esto? Pues bien, el nene se niega a que le pinchen, llora, patalea, canta mi barba tiene tres pelos, pero el malvado médico no se detiene y ÑACA! le pega un pinchazo que la aguja le asoma por el tríceps. Después del numerito, el pediatra le regala una piruleta al niño y le dice que no pasa nada. ¡Te voy a meter la jeringuilla por el culo a ver si no pasa nada, maldito matasanos!. Cuando vuelven a casa, el papá le pregunta a la mamá que cómo ha ido todo. Y la mamá responde: Bien, pero Miguelín se resistía COMO GATO PANZA ARRIBA.
¿Cómo que panza arriba?¿Por qué un gato? ¿Cómo se resiste un gato panza arriba? Porque si un gato se resiste, yo creo que es más peligroso panza abajo, que puede saltar y arañarte los ojos. ¿Quién inventó esa expresión? Seguramente alguien que tuviera miedo a los gatos (y a las panzas). Aunque yo si veo un gato con una panza y tumbado boca arriba no creo que se resista a muchas cosas.
Le puedes hasta echarle caramelo por encima y lamerle y seguirá sin resistirse.
Un saludo a mis amigos los gatos.
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