domingo, 26 de junio de 2011

Teletienda

Hola, ¿qué pasa con la masa? Hoy vamos a hablar del teletienda. Seguramente vosotrso no la veis ¿a que no?. ¡Mentira podrida!. La veis a todas horas, sobre todo las de productos de gimnasio que anuncia gente que se inflan a hormonas que parecen que tienen las venas por fuera. Pero no sólo anuncian cosas de deportes, también plantillas para los zapatos, batamantas, audífonos, cuchillos, freidoras, cafeteras, escobas ultrasónicas, etc.

Pues bien, hoy estaba viendo la televisión y han empezado a anunciar un audfífono (sonotone para los amigos) tal que así:
Y yo me preguntaba ¿de verdad habrán vendido alguno?. Se supone que consiste en que las personas que oyen mal no quieren que todo el mundo sepa que llevan un audífono. Pero es que eso es un manos libres. Seguramente la empresa a la que se los vendieron no sabría demasiado cómo negociar y compró 90 millones de aparatos. Luego vio que solamente habían vendido 2 a un primo del inventor y a un perro y decidieron venderlo como si fuera un audífono. Pero lo que yo observé en las 342 veces que repitieron el anuncio es en la forma en que te lo querían endiñar.

Escena 1. Aparece una clase en un aula magna de, aproximadamente, 200 asientos y solamente 7 alumnos en clase. El profesor sale hablando y TODOS los alumnos ponen cara de no oir nada, se inclinan hacia delante, se ponen la mano detrás de la oreja haciendo pantalla, etc. Señores publicistas, si quieren que yo como estudiante, me sienta identificado con la escena, poned algo más realista, no una clase de sordos.

Escena 2. Sale una chica en un garaje buscando su coche a oscuras con cara de susto mirando hacia todos lados. Se supone que tiene miedo porque no oye bien. Cosas de la publicidad: si eres sordo, tienes miedo.

Escena 3. Sale un hombre en la cama viendo la televisión y su mujer al lado intentando dormir pero no puede porque el volumen está muy alto. Habría que preguntarse si no puede dormir por el volumen o por la luz fluorescente que le da en toda la cara a la pobre mujer. Pero eso ya se sale de la capacidad intelectual de los que diseñan este tipo de anuncios.

Por supuesto, todas estas escenas son en blanco y negro, con gente triste y con cara de ser profundamente infelices. Luego salen con el chisme demoníaco puesto y con una cara de infinita alegría y una sonrisa de oreja a oreja.

Hasta aquí mi reflexión. Ahora os pongo mi anuncio de teletienda favorito, es de un aparato de cocina.

Como veis, la mayor parte del éxito se debe a cómo te lo venden, el producto en sí no tiene n por qué tener ningún tipo de utilidad. Si este tipo hiciera todos los anuncios de teletienda, yo me compraría todo lo que anunciara. Nada más, hasta pronto.

Víctor

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