El caso es que os voy a dejar una lista de situaciones patéticas ocurridas a mi persona en el metro y tenéis que adivinar cuáles son verdaderas y cuáles falsas. Go, gonogos!
- He cogido el metro ligero y olía tanto a pis y durante tanto recorrido que he pensado que me había meado yo.
- Se han subido tres chicos en el vagón que decían muchas paridas seguidas. Estaban tan distraídos que se han pasado varias paradas y, cuando se han dado cuenta, uno se ha empezado a reír como un caniche loco.
- En el vagón delante de mí había una chica muy pero que muy guapa. Le he intentado hacer una foto con el móvil y se ha oído el sonido de la cámara. La chica se ha dado cuenta y se ha cambiado de sitio.
- En una parada se ha subido un amigo mío del instituto. Antes de que me viera me he bajado y he esperado el siguiente tren para no tener que hablar con él.
- Un padre iba con varios niños a mi lado. Uno de los niños le ha dicho a su padre que el señor de la barba (que soy yo el interfecto) era muy feo.
- Estaba sentado en el vagón. Un abuelo ha entrado y me ha mandado que le deje mi sitio. Se lo he dejado de puro bloqueo mental que me ha producido su orden.
- He puesto pilas a la Game Boy Color de hace 10 años y he ido en el metro jugando a Pokémon más a gusto que un arbusto mientras unos adolescentes se quedaban to flipaos.
- Una señora que iba a mi lado se ha tirado un cuesco que ha hecho vibrar el asiento del tren y justo después se ha puesto a hablar con su amiga señora de los gases que le dan las legumbres.
- Como no llevaba metrobús, me he hecho pasar por extranjero cuando ha venido el revisor del metro ligero.
- Estaba tan cansado que me he tumbado en uno de los bancos de un andén y me he hecho el desmayado cuando han venido los de seguridad a llamarme la atención.
Hala, a jugar! Que gire la ruleta, bebés!
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