¿Sabéis qué? El otro día fui al médico para que me viera el codo que me dolía y no sabía por qué. Total, que llego allí y me dijeron que lo mío era normal, que a todos los hombres les pasa y que me suba a la camilla. Yo, como soy muy obediente, me tumbé en la camilla y me tumbé. Lo que me pasa es que cuando yo me tumbo soy como las muñecas antiguas, que se me cierran los ojos, así que me dormí. Cuando me desperté, vi al doctor muy sonriente diciendo que ya está todo hecho que me puedo ir a mi casa. Yo me notaba fenomenal, como si me hubieran quitado un peso de encima. Si, si, toma peso! Me habían circuncidado mi circunvolución, fuera capucha, ni prepucio ni pucio ni postpucio. Así se las gasta la sanidad española.
Moraleja: No vayáis al médico. Os cortarán la cola. Os lo digo yo.
Por cierto, me dieron un tupper con los restos. Así que me hice un saco de dormir fenomenal, una funda para la escopeta y tres bolsos de Gucci.
Los vendo baratos. Llamadme si os interesa al número que aparece en pantalla.
Un beso reinonas!
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